El humor es la sonrisa de la rebeldía!

domingo, 27 de marzo de 2011

La suerte está echada.

Un hombre, con cara apenada, de piel reseca y flaca, muy gris...iba andando por la calle cuando de repente miró hacía la derecha y allí estaba...con sus formas, sus colores...en los ojos del anciano destellaban esas luces que producía. 
Se fue acercando a ella muy poco a poco, inseguro de sus pasos. Cuando la tuvo delante se paro. La tocó. La notó fría y se preguntó: "¿Estará caliente?"
Con un movimiento precavido y a la vez temeroso cogió su cartera del bolsillo de la chaqueta, la abrió y sacó unas cuantas monedas, tenía que probarlo, y si resultaba que hoy si que era su día, que hoy tendría suerte...
El anciano cogió una moneda la metió por la ranura, le dio al botón y los melones, cerezas, fresas, limones, diamantes y bonos empezaron a girar...le echó otra moneda, y otra, y otra...
En un momento se vio con su última moneda, con su última tirada y con la ilusión metida dentro de los ojos... le dio...dos diamantes azules y una fresa, ningún avance...solo necesitaba un diamante azul para llenar-se los bolsillos y solo necesitaba una moneda más para conseguirlos.
No podía dejar la máquina sola, no podía pedirle al del bar ninguna moneda porque no le tenía confianza y no había nadie a quien pedirle nada, así que, tras mirar varias veces a su alrededor y no ver a nadie pensó que si salía del bar e iba a pedir, con un poco de suerte le darían una moneda para poder terminar su partida.
Tras volver a mirar a su alrededor y no ver a nadie, se fue a la búsqueda de alguna alma caritativa que le diera una moneda.
Cuando la consiguió, quiso volver al bar dónde había estado jugando un tendido rato, y a medida que se iba acercando, iba palpando el tacto del dinero entre sus dedos, durante una temporada no volvería a pasar hambre...pero también a medida que se iba acercando oía levemente el sonido de las monedas cayendo a la bandeja metálica...cuando estuvo frente a la puerta del bar, seguía sonando...un hombre con traje, gordo, muy pulcro situado en frente de la máquina iba sacando a puñados  monedas y las iba colocando sobre el mostrador...cuando tuvo todo su dinero...se fue, y saliendo por la puerta le dijo al anciano: "Soy un hombre con suerte, solo le he echado una moneda y me llevado el premio" le regalo una sonrisa y se marchó.
El "jefe" del bar le hizo una mueca de tristeza al anciano...y este, dio media vuelta sin decir nada, volvió a su lugar de siempre, con sus cartones de siempre y se echo a dormir pensando: "Esperaremos un tiempo más a que llegue el momento en que por fin la suerte este de mi lado."

Suma y sigue - Estopa



2 comentarios:

  1. M'agradaaaa!!! :)
    Escribe más cosicas anda, que se te da muy bien!

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  2. esu esu xd yo tb lo pienso y no s x hacer la pelota jiji =) ^^

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